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- ME QUIERO IR A CASA - VIAJES
Posted by : MAKUTEROS
enero 26, 2014
Foto de Hobotraveler
Para los que todavía no han viajado por Centroamérica me gustaría primero explicar unas cuantas cosas acerca de lo que supone viajar en el transporte local por excelencia: el “chicken bus” (un autobús amarillo reciclado de algún “High School” americano).
- los chicken bus no tienen paradas fijas. Basta con que uno alce la
voz para que el autobús lo apee en la cuneta y basta con que alguien alce la
mano, en la carretera, para que el autobús se detenga a recogerlo.
- las carreteras tienen un mínimo mantenimiento del
pavimento, en algunos casos inexistente, lo que hace que cualquier distancia
vista en un mapa, por pequeña que sea, se traduzca en varias horas de viaje. A veces los trayectos se hacen infinitosss.
- La gente humilde es la principal usuaria de este
medio de transporte (junto con los “guiris”). Como no suelen tener coche,
utilizan el chicken bus para transportar sus mercancías en los pasillos:
animales, sacos de grano, cajas, ropa, ... lo que añade mucho más sabor al viaje pero dificulta el tránsito
dentro del habitáculo.
- Los encargados de cobrar el pasaje parecen
disfrutar recorriendo el mismo, así cuando alguien sube al vehículo, el
cobrador transita por encima de mercancías y personas, apartando gente a diestro y siniestro, chicken
bus arriba chicken
bus abajo, para hacer
efectivo el cobro del billete. ¿No sería más fácil cobrar a los pasajeros
cuando suben? La respuesta parece ser clara: No.
- todos los viajes están amenizados por una banda sonora local (cintas de cassete) y mujeres que suben a vender comida y fresquitos (refrescos contenidos en pequeñas bolsas de plástico con pajita), lo que enriquece la experiencia.
- todos los viajes están amenizados por una banda sonora local (cintas de cassete) y mujeres que suben a vender comida y fresquitos (refrescos contenidos en pequeñas bolsas de plástico con pajita), lo que enriquece la experiencia.
Una vez puestos en situación... ahí estábamos los
dos. Dando la vuelta al globo, dispuestos a comernos el mundo, disfrutar de la
experiencia y ver si estábamos hechos el uno para el otro. Porque, por muy
idílico que parezca, un viaje de este tipo muchas veces te lleva al límite y
los instintos más bajos y la “mala leche” más insólita afloran, no todo es un
caminito de rosas. Todo el día juntos, donde comer, donde dormir, formas de
pensar diferentes, muchas horas en chicken bus ...
Era el cuarto mes de viaje, ruteábamos por Guatemala. Después de 8 horas de
viaje (220 kilómetros) metidos en un chicken bus llegamos a nuestro destino, Cobán. Antonio mide 1,84
así que para él estas jornadas en autobús muchas veces se convertían en un pequeño infierno,
ya que no le cabían las piernas en el hueco del asiento y tenía que sentarse de
medio lado, hacia el pasillo, con el tráfico
interno reinante. Ese día, estaba mal de la tripa y llevaba varias horas con retortijones, echo polvo, aguantando como podía. Mientras yo, que mido 1,63, aprovechaba para echar una cabezadita y
dormir un poco.
Desembarcamos en Cobán y, enseguida, se hizo patente que algo especial acontecía en el pueblo. Era la Fiesta Nacional Indígena, una festividad muy señalada ya que Guatemala constituyó el núcleo del Imperio Maya. Todavía hoy en día, en las comunidades indígenas, se hablan más de 22 idiomas mayas. Junto con danzas folklóricas y música tradicional se celebraba la Elección y Coronación de la Princesa Indígena Nacional "Rabin Ajaw", así que la comarca entera estaba ese día allí metida.
Tocaba buscar alojamiento. Todo estaba lleno a excepción de un hotel colonial muy bonito, (fuera de nuestro presupuesto low cost), y un agujero en el sótano de un antro. Después de discutir, yo votaba por el agujero y Antonio por el hotelito, nos instalamos en la habitación subsuelo. El zulo tenía 4 metros longitud por metro y medio de ancho, una ventana con vistas a los pies de los transeuntes, camas enfrentadas y una frase tallada a navaja en uno de los cabeceros, que ha pasado a la posteridad de nuestras historias viajeras: “Yo dormi aqui con una rata”.
Desembarcamos en Cobán y, enseguida, se hizo patente que algo especial acontecía en el pueblo. Era la Fiesta Nacional Indígena, una festividad muy señalada ya que Guatemala constituyó el núcleo del Imperio Maya. Todavía hoy en día, en las comunidades indígenas, se hablan más de 22 idiomas mayas. Junto con danzas folklóricas y música tradicional se celebraba la Elección y Coronación de la Princesa Indígena Nacional "Rabin Ajaw", así que la comarca entera estaba ese día allí metida.
Tocaba buscar alojamiento. Todo estaba lleno a excepción de un hotel colonial muy bonito, (fuera de nuestro presupuesto low cost), y un agujero en el sótano de un antro. Después de discutir, yo votaba por el agujero y Antonio por el hotelito, nos instalamos en la habitación subsuelo. El zulo tenía 4 metros longitud por metro y medio de ancho, una ventana con vistas a los pies de los transeuntes, camas enfrentadas y una frase tallada a navaja en uno de los cabeceros, que ha pasado a la posteridad de nuestras historias viajeras: “Yo dormi aqui con una rata”.
Mientras yo extendía nuestras sábanas saco en las camas, Antonio, aquejado de un dolor de tripa intenso, se dirigió al baño situado al final de un lúgubre pasillo. Rollo de WC en
mano, (en estos sitios es un lujo inexistente y debes hacer acopio de tu propio
papel), entró en el aseo. Sus botas chapotearon en la agüilla negra del suelo, (similar a la de los baños de los garitos españoles a altas horas de la madrugada). Sin sitio para apoyar el papel, retorciéndose de dolor y
sin querer tener contacto con ningún elemento de ese baño, se agachó
haciendo equilibrios y ¡zássss!, el rollo de papel rodó sobre el líquido acuoso
del suelo y se impregnó con su esencia. Renegando y despotricando en hebreo volvió a la habitación y comenzó a
darle patadas a la mochila totalmente enajenado. Escuchamos como se rompía algo
dentro, ¡el bote de lejía alimentária que llevábamos para limpiar verduras!,
toda la mochila destilaba lejía. Ante la situación encolerizada le dije que saliera a dar una vuelta y se desfogara dándonse cabezazos contra una pared si
era necesario. Salió desatado. Limpié como pude el destrozo.
Este alojamiento pasó a encabezar el número uno de “Peores Alojamientos del viaje”.
Curiosidades: Copán es el mayor productor y exportador de cardamomo del mundo.
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A todos aquellos que os gusta la aventura y queréis descubrir otra forma de Viajar en Familia, os invitamos a ver nuestros videos de viajes, disponibles en Youtube: Canal Makuteros, donde podréis disfrutar de la primera Temporada que nos llevó desde China hasta Australia. La segunda ruta, por Sudamérica, y la tercera recorriendo China, Corea y Japón, podéis disfrutarla en el site de RTVE: www.rtve.es/familiamochila
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